Hay libros que lees por
casualidad. Y éste es uno de ellos. Mi madre fue a comprar un libro y escuchó a la dependiente recomendarle a una cliente “ La mujer de
la libreta roja” de Antoine Laurain. Así
que lo compró y me lo regaló por Reyes.
Es un libro romántico, de esos que te dejan buen sabor de boca, pero
sobre todo es un libro lleno de sentimientos, miedos, anhelos, pensamientos. Un
librero, exbanquero que tuvo la valentía de dejar aquello que no le satisfacía
y cambiar de vida, se encuentra casualmente, encima de un cubo de basura, un
bolso. Y se empecina en buscar a su dueña.
En el bolso no hay ninguna cartera ni dato, a priori, para poder identificarla, pero es un bolso lleno de recuerdos, de cosas personales…y una
libreta roja donde escribe pensamientos, inconexos, sobre aquello que
le gusta, no le gusta o le da miedo. Como si de un rompecabezas se tratase, intenta
descubrir su personalidad. Alguna foto antigua, un llavero con un
extraño jeroglífico, un prendedor de pelo… aglutina un pequeño retazo
de vida como si ésta estuviese retenida en una bolsa de piel. Ella, tras sufrir el atraco,
convalece varios días en el hospital inconsciente, recuperándose de una pequeña
conmoción, lamentando, al despertar, la pérdida de aquellas pertenencias tan
queridas que siempre la acompañan. Pero
lo que parece una sencilla historia tiene como trasfondo el ambiente parisino,
sus terrazas, un toque bohemio y lleno de romanticismo, dos personas que están
perdidas, solas, y que vagan por la ciudad sin más objetivo que el cumplir sus
respectivas rutinas una y otra vez hasta que un hecho fortuito cambia su existencia y le da cierto sentido. ¿ Es
posible conocer a una persona por sus objetos personales, sus fotografías, sus
angustias escritas telegráficamente en una libreta, la dedicatoria de un libro?.
La protagonista apunta en su libreta roja “me
gusta la idea de que un hombre se haya esforzado tanto para encontrarme ( nadie
se había esforzado tanto por mí nunca)”. Esto podría ser una queja o un reproche, pero simplemente demuestra que nunca se ha sentido, de verdad, querida por sus parejas. Creemos conocer a las personas y sin embargo, si somos un poco sinceros
y hacemos algo de introspección, reconoceremos que muchas veces no conocemos
del todo los gustos, anhelos, deseos… de nuestra pareja. Lo interesante del
libro es el esfuerzo por conocer al otro, por saber quién es a través de sus
aficiones, lecturas, fotos, pensamientos…por no tener más datos que sería lo
fácil y no supondría esfuerzo alguno. Y ahí está el quid de todo esto, lo solos que estamos y lo poco que nos molestamos por conocer de verdad a las personas.
Como no quiero desgranar más la
historia por si alguien quiere leerlo, solo
mencionaré la frase final de la película “El exótico Hotel Marigold” que me parece muy acertada para resumir este libro:
“ Es cierto que la persona que no
arriesga nada, no consigue nada, no tiene nada, lo único que sabemos del futuro
es que será distinto, pero quizá nuestro temor es que todo siga siendo igual,
por eso debemos celebrar los cambios, porque como dijo alguien otra vez, al
final todo saldrá bien, y si no sale bien, es que aun no es el final”.