EL PRINCIPITO - Antoine de Saint-Exupéry
No habías empezado a respirar y
ya cambiaste la vida de mucha gente para siempre. Tus manos pequeñas se
agarraron fuerte a la vida y con el primer sonido de tu llanto, todos aquellos que
te esperábamos impacientes, sonreímos repletos de felicidad. Tu llegada era tan
deseada que te apabullamos a besos y caricias, esas que guardarás en el
subconsciente toda tu vida, porque aunque apenas abrías los ojos y no pudieras
hablar, la piel no olvida el tacto de otra piel, ni su olor, ni su calor. Vivir
es una experiencia maravillosa, aunque a veces se hace un poco cuesta arriba y
el camino no esté exento de trabas ni obstáculos. Pero salvarlos y superarlos
son un estímulo y reto, y te aseguro que hay una gran satisfacción cuando las
pruebas que se nos ponen, son salvadas con determinación y esfuerzo.
Crecerás con el cariño y amor
inmenso de tus padres y tu familia, no solo la de sangre, sino la de los
afectos sinceros de los amigos que por extensión a tus padres, te queremos
desde el primer momento. Aún recuerdo a tu mamá diciéndome que te estaba
esperando, la alegría inmensa de esa espera de meses un poco duros que
afrontaba con su habitual sentido del humor.
Hoy estás aquí, entre nosotros,
deseando enseñarte tantas cosas…Pero no tengas prisa por crecer, porque nunca
te sentirás mejor que ahora, cuando en las noches oscuras y tenebrosas, el
abrazo reconfortante de tus padres apartarán del camino todo temor, ni cuando
los cuentos se hacen realidad en los sueños, ni cuando las dudas te asaltan y
preguntas a todas horas, con ansia de saber y todas esas preguntas tengan
respuesta. Llegará un momento en que sufrirás, nadie puede evitarlo, pero el
sufrimiento también hace que valores la alegría y los momentos felices, si no,
no podríamos gozarlos de la misma manera. Cuando sufras y tengas ganas de
llorar, llora, cuando quieras reír, ríe, o cuando ames, hazlo sin medida. Haz
lo que tu cuerpo te pida, no limites ni obvies sus señales. Sé auténtica y no
te mientas, porque mentirse implica morir un poco, dejas de ser tú mismo y nos
obliga a fingir lo que no somos. La autenticidad es un valor en alza, en la
forma de vivir, en la forma de ser, de comportarnos con los demás. Cuando ames, hazlo sin pudor, sin dobleces, y
entrega tu corazón a quien lo merezca. Puede que te equivoques, entonces
es que esa persona, no era digna de ser querida por ti, y aunque te rompan el
corazón, sigue sus directrices igualmente, con cautela pero sin temor, siempre
al trozo más grande, al más auténtico, al más íntegro. En algún momento, ese
amor te será correspondido y sentirás una sensación desconocida, que hará que te
eleves hasta tocar las estrellas, no podrás vivir ni respirar sin esa persona,
dejarás de ser egoísta para darlo todo. Sé generosa con los que no tienen o no
pueden. Dar es mucho más gratificante que recibir, te completa como persona, y lo
que uno da, te será devuelto, en forma
de afecto y cariño.
Llegará un momento en que
descubrirás que tus padres no lo saben todo, que no lo pueden todo, que no
tendrán respuestas a tus preguntas. Los padres también necesitarán de ti con
los años. A esto llama madurez. Cuanto más creces, más pequeños se hacen y más
apoyo necesitan. Sé cariñosa con ellos. Te lo habrán dado todo y ahora
necesitan de tu generosidad y comprensión. Recordarás su sabiduría cuando te
enseñaban a caminar, cuando te cogían de la mano para que no te cayeses, o
aprendías las primeras palabras para comunicarte con los demás. Entenderás, cuando te leían cuentos de
princesas y hadas, que las mujeres no debemos esperar a que nadie nos rescate
de dragones o brujas, ni un príncipe azul nos liberará del opresor, sino que podemos
hacer todo lo que nos propongamos, saltar murallas, luchar con espadas, montar
a caballo, rasgar los vestidos largos y los convencionalismos y ser libres como
el viento, sin más límites que nosotras mismas.
No permitas que nada ni nadie
te condicione, ni digan cómo debes vivir tu vida, porque tú eres la
protagonista, la dueña de tus actos, la dueña de tu tiempo, de cómo quieres
vivirlo, con o quién. Solo tú sabes lo que pasa en tu interior y solo tú,
podrás decidir, aunque escuches consejos bien intencionados, tú tienes la
última palabra.
MI querida Julieta, intenta que
este apasionante viaje que es la vida sea extraordinario, vive con intensidad
todo lo que te pase, y lee, lee mucho, porque entenderás mucho mejor lo que acontece
a tu alrededor. Solo espero poder disfrutar muchos años de tu presencia y verte
crecer sana y feliz, sintiéndome muy orgullosa de tus logros y alegrías. Y si
me necesitas, como siempre decimos tu madre y yo, sílbame, que tu hada madrina
terrenal estará aquí para ayudarte y escucharte, que nunca te falten manos para
sostenerte, que nunca te falte amor para abrazarte.
Dedicado con todo mi cariño a Julieta, a sus queridos padres, Ale y Edu.