“El error es mirar lo de ayer con ojos de hoy,
querer que las cosas vuelvan a ser igual
cuando tú ya no eres el mismo”
cuando tú ya no eres el mismo”
MARWAN- ERRORES DE CÁLCULO EN LA MIRADA
El
otro día mi amigo Carlos comentaba al respecto de mi
última entrada, “Los amantes” que lo que contaba, solo podría hacerlo alguien
que lo hubiese vivido y que en la vida hace falta pasión. Estar preso en una relación
que no lleva a ninguna parte es algo que todos hemos padecido. Amar a alguien
que es imposible por sus circunstancias, también. Tomar decisiones que no solo
nos afectan a nosotros sino que tienen efectos colaterales, es algo en lo que
nos debatimos media vida y dejamos pasar otra media hasta que decidimos cambiar lo que no nos satisface…o no nos decidimos nunca. Es muy fácil
conformarse y muy difícil rebelarse. El ser humano tiene un extraño apego hacia
la rutina, aunque ésta nos haga infelices, y un temor hasta paralizarte, el
temor al cambio. Sin duda, sin pasión nos mantenemos adormecidos en una especie
de sopor,sin grandes sobresaltos, que anestesia cualquier emoción. Es imposible
permanecer en un estado permanente de emociones y pasiones, pero tampoco es
sano tener tal equilibrio que la mayor emoción que sientes al día es ver un partido
de fútbol o ir de compras. Temas materiales, la mayoría de las veces, porque
nunca nos paramos en serio a escucharnos o hacernos preguntas incómodas, porque
las respuestas nos inquietan y desazonan.
He
escogido como título de este post “ Begin Again” por ser el título de una película
que trata de eso, de empezar otra vez. Para quien no lo ha visto se trata de
una historia de dos personas que en un momento determinado, han perdido a sus
respectivas parejas y les une su pasión por la música con un fin, editar un
disco. De nuevo la pasión. Ella componía los temas que su expareja cantaba y
que, cuando alcanza el éxito, la deja por otra. Él es un productor en una
discográfica que se ha vendido al dinero, no apuestan por nuevos talentos y
acaba de ser despedido. Está divorciado y tiene una hija adolescente con la que
mantiene una difícil relación. La escena en la que él la ve por primera vez,
cantando en un bar, una triste canción acompañada solo por su guitarra y él
puede ver su potencial, es una de las mejores de la película. Y en ese camino
que recorren juntos, ideando la manera de producir el disco sin dinero, supone
un crecimiento personal para ambos, de encontrarse con lo que uno es y quiere.
La pasión por lo que hacen, eso es lo que les motiva a levantarse cada mañana.
Además de la pasión, está la ilusión. Pero la ilusión no por otra
persona, la ilusión por lo que hacen. Tendemos a creer que la felicidad depende
de otros, de otras personas y no es cierto. Ya lo comenté en otros post. El
estado de plenitud, ese que nos da la felicidad, depende única y exclusivamente
de nosotros. Es hacer esa introspección que siempre posponemos sobre quiénes
somos, qué fuimos, hacia dónde queremos ir y lo más importante, qué tenemos que
hacer para conseguirlo. Si tenemos la mala costumbre de mirar hacia el pasado y
mortificarnos por lo que no hemos hecho o dicho, no avanzaremos. Si nos
agobiamos por un futuro incierto del que nada sabemos, el miedo nos paraliza.
Describe muy bien esto Milan Kundera en su libro “La lentitud”: “ El hombre
encorvado encima de su moto no puede concentrarse sino en el instante presente
de su vuelo. Se aferra a un fragmento de tiempo desgajado del pasado y del
porvenir; ha sido arrancado a la continuidad del tiempo; está fuera del tiempo;
dicho de otra manera, está en estado de éxtasis; en este estado no sabe nada de
su edad, nada de su mujer, nada de sus hijos, nada de sus preocupaciones, y por
lo tanto, no tiene miedo, porque la fuente del miedo está en el porvenir, y el
que se libera del porvenir, no tiene nada que temer”.
Me
encanta esa escena de la película (no quiero hacer spoiler) en la que ella
circula en bicicleta por la ciudad, sintiendo el viento en su cara, sonriendo y
con la sensación de ser dueña de su vida y su destino. Es una escena muy
gráfica ( se ve al final del vídeo). Ya no soy la que fui, se abren ante mí
nuevas posibilidades, creo en mi talento, en mí y puedo hacer lo que quiera.
Mirar
hacia atrás está bien, pero como ya he escrito varias veces, hay varias vidas
en una vida, y varias personas en una persona que han actuado de manera
diferente a como lo harías hoy. La persona que eres hoy no es la misma que
fuiste ayer, y las experiencias vitales que has vivido, han dejado huella y un
aprendizaje que no podrás olvidar.
Apasionarse
con aquello que nos gusta, sentirse liviano por haberte perdonado errores
pasados, soltar lastre, dejar pasar determinados trenes que no te llevaban a
ninguna parte, romper con lo que te hace infeliz y darte la oportunidad de
serlo, solo o acompañado. Resumiendo, sentirse libre y pleno.
Empezar de nuevo cuando la vida te da otra oportunidad,
todos los días, cada día. Cojamos esa bicicleta y recorramos la ciudad,
livianos y convencidos de que podemos hacer lo que queramos. “Porque todos somos estrellas perdidas
tratando de iluminar la oscuridad”…y hay luz, mucha luz después de la
oscuridad.
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