domingo, 5 de junio de 2016

EN SUS ZAPATOS




NO TE DETENGAS
( ...) Piensa que en ti está el futuro
y encara la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes puedan enseñarte.
Las experiencias de quienes nos precedieron
de nuestros “poetas muertos”,
te ayudan a caminar por la vida
La sociedad de hoy somos nosotros:
Los “poetas vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas …
Walt Whitman 


Hoy me he puesto las Converse de mi padre. De las pocas cosas que nos quedamos y que caben en una caja, guardé sus zapatillas azul marino. Son clásicas, solo una estrella blanca en un lateral rompe la monotonía del azul marino. Clásicas como vestía él, que apenas cambió de estilo en años, salvo adaptarse por imposición de mi madre ( es lo que tienen las madres, se imponen hasta eligiendo la ropa de sus maridos) a algunos dictados (o dictaduras) de la moda.  


Son cómodas, aunque me quedan un poco grandes, calzaba un número más que yo. Se amoldan bien a mis pies, aunque los pliegues del andar de mi padre no coinciden con los míos. Cada uno pisa de manera diferente, hace sus propios pliegues, estira la lona conforme convenga y roza donde considere. Seguramente me rocen en un sitio diferente que a él, lo averiguaré cuando las ponga sin calcetín, que esto siempre es arriesgado y muchas veces da desconfianza quitárselo, a nadie le gusta que le hagan daño y aunque curen las ampollas, siempre quedarán cicatrices. 

Ponerse los zapatos de otra persona, te da perspectiva. Piensas cuántos kilómetros habrá caminado con ellos, qué cosas habrá visto y vivido, si hay una piedra dentro, en qué momento del camino se la habrá quitado o si la ha soportado estoicamente hasta que la molestia era más que fuerte que su voluntad para seguir caminando. Piensas también si siempre ha caminado por el camino considerado correcto o ha cometido alguna insensatez al salirse del camino trazado y explorar otros nuevos, aventurarse a cambiar de ruta sin tener plano o GPS o seguir la senda que te han marcado otros sin cuestionarla.  Mi padre no era de los que arriesgaban, pero quién sabe lo que pasa por la cabeza de cada persona. Hay rastros que no se borran, hay pisadas que dejan huella, hay caminos que ha recorrido antes que tú y te avisa de que por ahí duele. Mi padre siempre me decía que no me conformara. Ni con mi vida, ni con lo que quisiera hacer. “ No te conformes” . Y aun después de irse, seguía escuchando estas palabras en mi cabeza.


 Me gusta ponerme sus zapatos, aunque no he sido capaz de ponérmelos hasta ahora. Dejan la huella de su paso por mi vida. Los pliegues facilitan que ésta no duela tanto, y las ampollas y cicatrices que me hagan, podré paliarlas de mejor forma que si éstas fueran nuevas. Él me dejó el camino, con algunas dificultades menos, pero con sus zapatos, para que me fuera más cómodo recorrerlo,  aprendiendo a soltar amarras y cambiar de recorrido si éste no es el que yo quiero. “No te conformes" me dicen mientras las miro en mis pies. Y no, no me conformo. Ya no.

2 comentarios:

  1. Hola Eva.
    Paso a conocer tu blog, después de haber tenido la oportunidad de hacer en persona durante el evento de Coruña Bloggers del pasado día 25 de mayo.
    Compruebo que tu blog, como el mio, es de carácter personal, así que sintonizo facilmente con él. Me ha gustado mucho este último post que publicas. Esa mezcla de realidad y fantasia, que se desliza sobre recuerdos y pensamientos, enlazándolos.
    Un abrazo y hasta que nos veamos.

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    1. Qué alegría leerte Chela !!! un orgullo que me sigas y que podamos compartir experiencias, ocurrencias, ideas y muchos sentimientos. Una vez escuché que uno debe escribir sobre lo que sabe. Y qué mejor que escribir sobre lo que te pasa, lo que sientes, lo que se te ocurre, lo que esperas. A veces uno ni se conoce a sí mismo y en estos momentos de introspección, se da cuenta de cómo es en realidad. Empecé este blog ( es el segundo) cuando falleció mi padre. Supongo que cada uno asume las pérdidas a su manera. La mía fue la de intentar dar explicación a un dolor tan grande y desconocido como el perder a una de las personas más importantes de tu vida por un cáncer que nos cambió a mi madre y a mi para siempre. Toparse con una dura realidad, sentirse impotente y limitado, es un cura de humildad para quienes creíamos que podíamos con todo. Escribir fue mi terapia y una forma de sobrellevar el duelo y la ausencia de un ser querido, que aunque con el tiempo duele menos, nunca se supera del todo ( qué te voy a contar!). Confío en que sigamos en contacto y acuérdate, Facebook te espera! un abrazo enorme !

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